Estrenada en 1990, Home Alone (Mi pobre angelito en Hispanoamérica) no solo se consolidó como una de las comedias familiares más emblemáticas del cine estadounidense, sino que también redefinió el género de películas navideñas para toda una generación. Dirigida por Chris Columbus y escrita por el reconocido guionista John Hughes, la cinta es una mezcla perfecta de humor, ternura y aventura, con un trasfondo emocional que ha trascendido las décadas.
La trama gira en torno a Kevin McCallister (interpretado por Macaulay Culkin), un niño de ocho años que accidentalmente es olvidado en casa por su familia cuando estos viajan a París para pasar la Navidad. Lo que en un principio parece ser la fantasía de cualquier niño —tener la casa entera para él solo— rápidamente se transforma en un desafío cuando dos ladrones, Harry (Joe Pesci) y Marv (Daniel Stern), intentan irrumpir en su hogar. Con una astucia sorprendente y un ingenio fuera de lo común, Kevin convierte su casa en un campo de batalla lleno de trampas caseras para defender lo que es suyo.
El éxito de Home Alone fue inmediato. Con un presupuesto de apenas 18 millones de dólares, la película recaudó más de 470 millones a nivel mundial, convirtiéndose en la comedia más taquillera de la década. Pero más allá de sus cifras, el verdadero valor de la película radica en su capacidad de conectar emocionalmente con el público. La actuación de Macaulay Culkin lo catapultó a la fama internacional, y su interpretación de Kevin se convirtió en un ícono del cine familiar.
A lo largo de los años, Home Alone ha generado varias secuelas, adaptaciones y homenajes, pero ninguna ha logrado replicar la magia de la original. Su combinación de narrativa entrañable, humor físico perfectamente ejecutado y el trasfondo cálido de la Navidad hacen de esta película un clásico imperdible.
A más de tres décadas de su estreno, Home Alone sigue siendo una cita obligada cada temporada navideña, recordándonos que el verdadero espíritu de la Navidad está en el hogar, la familia y, sobre todo, en la valentía y el corazón de los más pequeños.